Y ahí está el mundo.
Nos creemos libres y que
nada nos preocupa,
hasta que tenemos hambre
y matamos.
Hoy tengo valores.
Siento amor en el pecho
como fiebre en el verano.
El odio va y viene
como el arrepentimiento.
Subimos y bajamos,
entramos y salimos,
amamos y matamos,
inhalamos y exhalamos.
Morimos solo cuando
estamos quietos.
Dejamos de trabajar y
morimos.
Dejamos de amar y (dicen
que) morimos.
Vivimos y morimos.
Dicen que lo último que
prevalece es la muerte,
pero en cierto punto la
Muerte se suicida y nos dice:
“En verdad les digo que
solo la muerte existe”,
pero no se siente.
Y si te mueres, y te amo.
Te lloro y te entierro. Te recuerdo y me muero, al final nada nos queda,
y mientras tanto hay de
todo.
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