viernes, 29 de marzo de 2013

Vestigios


(fragmento)


Podría decirse que Miguel nació. Esto se debe a que, aún si llega el día en que se encuentre su acta de nacimiento, el pasaporte, el certificado de educación media superior, solicitudes de empleo, o cartas manuscritas autografiadas, sin duda habría algún escéptico que, con o sin ningún fundamento plausible, podría defender una postura en la cual se afirmara que Miguel no existe, y que toda pieza arqueológica que trate de demostrar lo contrario, no es más que el producto de una conspiración gubernamental o de cualquier otra institución. Lo peor de todo es que, a la larga, no habría pruebas suficientes para decir que dicha propuesta no sea posible y, hasta cierto punto, totalmente cierta.

No obstante, si cimentamos una antítesis utilizando argumentos que tengan la misma validez a nivel epistemológico, podemos asegurar que Miguel, de hecho, existió y, más allá de eso, nació unos años después del surgimiento de la era que en un principio se conoció como cibertrónica, pasó a ser cibernética, después fue digital, luego virtual, luego tecnológica y que se ha mantenido como informática hasta nuestros días.

Debido a las características inherentes a esta era al momento del nacimiento de Miguel, las naciones, estados, ciudades, y, en general, cualquier población que tuviera problemas para equipararse a quienes gozaban de los beneficios que brindaba la Sagrada Informática, corrían el riesgo de caer en el olvido, pasando desapercibidas por los registros históricos, que sin duda estaban destinados a preservarse ante el paso de los años.

La madre patria de Miguel terminó siendo el más excepcional de estos lugares olvidados, y el único hasta la fecha al que se le ha atribuido un nombre. Más irónico aún es darse cuenta de que, debido a que Miguel nació y pasó la mayor parte de su vida en ese lugar, hoy en día tenemos pruebas fidedignas de su existencia.

Aunque no se tenga ningún indicio de dónde se encuentra dicho poblado, o si cabe la posibilidad de que aun exista en el momento en que se lleva a cabo la redacción de este texto, poder referirse a él como Pueblo Nuevo es suficientemente esclarecedor para aquellos cuya vocación consiste en llevar a cabo estudios inherentes al tema, y eso ya es decir bastante.